domingo, 11 de marzo de 2018

El miedo a

Todo estaba perfecto hasta que te entra el miedo, y en realidad no viene por mi o al menos esta vez no nació de mi sino que fue cuando mi mamá me preguntó pero ese lugar es pobre, inseguro y peligroso no? Y yo: no nada que ver, no, no y no y me lo repetí miles de veces intentando que mi cerebro olvide lo que acababa de escuchar y pues hice lo que no sé debe hacer... preguntarle a Google y obviamente ahí encuentras TODO lo que no querías encontrar.

Así que aquí estoy con cierto miedo, con emoción y angustia, pero ya se me pasará, así soy, siempre he tenido miedo de viajar no solo por la seguridad de una ciudad sino por muchos otros motivos más. Desde hace un mes más o menos quiero visitar esa ciudad, me entró el bichito y pues no hay nadie que me lo saque. Estoy dudando de ir sola y tengo miedo (inserte aquí el vídeo de ese borracho gritando tengo miedo, tengo miedo!) pero nunca me he limitado a viajar por esos miedos, porque desaparecen y muchas veces esos miedos y eso que crees de una ciudad/país solo están en tu cabeza.

Todavía tengo muuuucho tiempo por delante, muchas cosas que ver, que priorizar y ya tendré el tiempo suficiente para evaluar bien que planeo hacer. Por el momento el plan está cocinándose a fuego lento muuuuuy lento pero está bien, mejor así que luego se quema todo. Igual me emociona mucho todo :) no he parado de ver vídeos y leer blogs sobre un sinfín de cosas y me imagino todo.

Y ahí una frase muy cierta que se me quedó grabada: el viaje no comienza cuando tomas el avión/bus/tren/ferry, no! El viaje comienza mucho antes, desde que lo imaginas, desde que lees sobre el destino, desde que buscas pasajes, desde que ves fotos, desde que te imaginas saboreando los platos típicos, el viaje comienza muchísimo antes de que despegas y en mi caso termina muchísimo después también o mejor dicho nunca termina 🙃 

No hay comentarios:

Publicar un comentario